Paisajes de palabras

Cada rompecabezas comienza con una mecánica familiar: desliza un círculo de letras para crear palabras que llenen una cuadrícula de crucigramas. Lo que parece sencillo se profundiza rápidamente. Los niveles iniciales se basan en vocabulario de alta frecuencia; los posteriores introducen sinónimos poco comunes, términos científicos y joyas literarias. Las investigaciones sobre neuroplasticidad demuestran que las tareas que exigen reconocimiento de patrones, manipulación de letras y evocación estimulan la corteza prefrontal, la zona responsable de la resolución de problemas y la memoria de trabajo. Dado que Wordscapes adapta la dificultad gradualmente a lo largo de más de 10 000 niveles, mantiene el cerebro en esa zona de "desafío óptimo" que los neurocientíficos llaman flujo: lo suficientemente difícil como para enganchar, pero nunca tan difícil como para que la frustración eclipse el aprendizaje.